El plan debe incluir cantidades detalladas de alimento, incluidos los premios, y ajustarlas para conseguir el ritmo de pérdida de peso deseado.

Los cuidadores deben comprender la duración: aunque consigan el objetivo de perder entre un 1% y un 2% por semana, pueden tardar varios meses. 

La colaboración de los cuidadores aumentará considerablemente las probabilidades de éxito en la pérdida de peso. Puedes ofrecerles consejos y ánimos, recordarles por qué deben perseguirlo, ayudarles cuando se enfrenten a contratiempos y felicitarles cuando logren avances. Es beneficioso centrarse en el proceso más que en el objetivo, sobre todo si alcanzar el peso deseado supone un reto, y celebrar las pequeñas victorias a lo largo del camino.

Esto es importante para ver si están perdiendo peso al ritmo deseado y para asegurarse de que no lo están haciendo demasiado rápido. Al principio, es necesario pesar a la mascota (en la misma báscula) cada dos semanas, ya que habrá que ajustar las dietas. Una vez alcanzado el ritmo de pérdida de peso deseado, puede reducirse a cada 3 ó 4 semanas.  

El equipo de atención veterinaria en tu clínica es el mejor lugar para pesar a la mascota. No sólo puedes asegurarte de que se ha pesado correctamente, sino que también puedes hablar con ellos sobre sus progresos y ofrecerles ayuda adicional. 

Es posible que no tenga tiempo para realizar todos los pesajes o que los clientes no puedan visitar la báscula de la clínica con regularidad. Puede dirigirles a las básculas si dispone de ellas en su zona de recepción. Si no dispone de ninguna, puede que haya tiendas de animales en su zona que tengan básculas públicas. 

Pesar desde casa puede ser complicado, pero si se trata de un gato o un perro pequeño, puedes recomendarles que se hagan con una báscula para bebés o una báscula para mascotas. 

Pesar la comida cada día garantiza que se le da la cantidad correcta. Si se alimentan varias veces al día, pueden pesar la comida de todo el día por la mañana y repartirla a lo largo del día. Los vasos medidores son imprecisos porque miden el volumen en lugar del peso, y la forma en que caen las croquetas influye en ello. No hay mejor forma de medir la comida que pesarla cada vez. Considera la posibilidad de incluir una báscula de cocina de gramos en tu programa de pérdida de peso. 

Dar premios es una parte importante del vínculo emocional entre perro y cuidador, y por eso el 83% de los cuidadores dan premios a su perro con regularidad.¹²

A los cuidadores les preocupará que su mascota sufra durante la pérdida de peso y dejar de darle premios puede resultarles difícil. Si crees que, pase lo que pase, seguirán dándole premios, puedes darles recomendaciones que no afecten al programa. 

Darles premios de su cantidad diaria de alimento es una alternativa. Se pesa el alimento por la mañana y, a lo largo del día, se ofrece un puñado de croquetas como premios. Esto no funcionará si la dieta elegida es húmeda. 

Si se dan como premio alimentos desequilibrados (como premios comerciales para mascotas, masticables o alimentos para humanos), es importante controlar las calorías que aportan y asegurarse de que no desequilibran la dieta principal. Una buena regla empírica consiste en "ahorrar" el 10% de la cantidad diaria de calorías para los premios, mientras que la dieta completa aporta al menos el 90% de las calorías. 

Verduras como las judías verdes, las zanahorias, el brócoli, el apio o los espárragos pueden utilizarse como premios para perros por su textura crujiente y voluminosa. 

Existen premios bajos en calorías, pero no son cero calorías, por lo que habrá que ajustar las cantidades de comida para darles este tipo de premios. 

Nada de restos de comida, ya que es muy fácil calcular mal las calorías. Un pequeño trozo de queso o una corteza de bacon pueden contener unas 100 calorías, lo que representa el 14% de la ingesta calórica diaria de un perro de 15 kg. 

Los premios no tienen por qué ser comida; los mimos y la atención a menudo recompensarán a la mascota con el placer que desea. 

Debemos asegurarnos de que todos los miembros de la familia participan en el programa. Cada mañana, se debe pesar el alimento de todo el día y aliméntar sólo con ese suministro para evitar la posibilidad de una doble alimentación. 

Es posible que los cuidadores quieran mantener la dieta actual y reducir las cantidades de alimento. Saben que la mascota disfruta con ella y se preocupan por su bienestar, así que ¿por qué cambiar el alimento? La pérdida de peso puede lograrse de esta manera, pero requerirá una reducción de la cantidad suministrada, lo que puede provocar sensación de hambre. Esto reducirá significativamente el aporte de proteínas, vitaminas y minerales esenciales para su salud.

Las dietas especializadas para la pérdida de peso son ricas en proteínas, bajas en grasas y ricas en fibra, y están enriquecidas con nutrientes. Esto significa una menor densidad energética para poder mantener los volúmenes de alimento, favoreciendo la saciedad y garantizando una nutrición adecuada durante todo el proceso.